¿Cuántas vece hemos visto y comentado esta jugada editorial?
Un autor de larga trayectoria, para el caso Daniel Warren Johnson, consigue un cierto éxito comercial con una obra y las editoriales se lanzan a rebuscar en su pasado otros trabajos del autor.
Generalmente, esta regresión en el tiempo conduce a una natural y lógica regresión en la calidad de las obras, produciendo, a veces, una sensación de bajada de nivel en el lector.
No es el caso de este Space Mullet, porque todo lo visto en sus páginas mantiene un nivel impropio de un primer libro. Sí, habrá quien diga que en otros trabajos el autor está más suelto, su dibujo es más espectacular o que domina mucho mejor la narrativa. Nada que objetar a esa afirmación, pero lo que debería importar, primera obra o no, es que este trabajo nos da unas garantías comiqueras de compra más que suficientes.
Siguiendo los esquemas de tripulación espacial a bordo de un nave (lease Firefly o Expanse), DWJ construye su propia space opera con todos elementos tan esperables como necesarios para que el producto así pueda ser definido.
El talento gráfico del autor ya estaba allí. Se ve que es algo genético. Pero este cómic transpira un aire a crudeza que encaja como un guante con la trama contada, muy básica, sin artificios, pero tan bien pensada como trasladada al lenguaje de las viñetas.
Los que lleguen a este cómic siguiendo la estela de Daniel Warren Johnson van a encontrar todo lo que puedan esperar y, posiblemente, se sorprendan encontrado algo más que no esperaban.
Para el lector general, ajeno a dibujantes, aquí pueden encontrar una muy buena historia de ciencia ficción sección space opera.