Cualquier excusa para revisitar el Quijote siempre es buena. Si esa excusa viene acompañada con el deleite visual que siempre proporciona el arte de los hermanos Brizzi, elevamos la propuesta a óptima.
Siguiendo de manera muy fiel y literal el texto original, la parte de frescura nos llega por la plasmación en viñetas de las locuras del hidalgo Quijano. No está todo el Quijote. Eso era imposible. Faltan partes, pero las que están recogen a la perfección el espíritu de la obra original.
Un cómic que servirá por igual a quienes se acerquen a esta universal obra por primera vez como a a aquellos que conocen sus páginas al dedillo. Todos ellos conseguirán recompensa.
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