Ninguna razón para no seguir manteniendo nuestro axioma de cabecera; no hay Brubaker/Phillips malo.
La casa de los impíos no es la excepción. Puedes variar los ingredientes de la receta y meter a sectas satanistas de los años 80 con una investigación en la que un agente del FBI lleva a nuestra protagonista a enfrentarse con su pasado.
El resultado sigue siendo el mismo. Un Brubaker/Phillips.
Y ya sabéis lo que se dice de estos dos.
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