Son incontables la veces que hablando de un cómic destacamos su lado más lírico y poético. Pero pocas veces nos hemos encontrado con un propuesta en la que todos y cada uno de los recursos que ofrece el lenguaje del cómic se utilizan con la misión final de realizar simple y pura poesía.
Esto es lo que hace Grant Snider. Y lo hace de una manera tan natural y accesible que convierte este cómic en una perfecta puerta de entrada al mundo de la poesía, seas niño o seas adulto.
Una obra que juega en su sencillez la principal baza para enamorarnos.
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