Ramón Boldú lleva realizando cómic autobiográfico toda su vida, mucho antes incluso de que la etiqueta cómic costumbrista se pusiera de moda. Sin embargo, sus tebeos autobiográficos se alejan diametralmente de la primera imagen que se nos puede venir a la mente al pensar en cómic costumbrista.
A Ramón Boldú le pasan muchas cosas. La mayoría de estos sucesos son extraordinarios para el común de los mortales. Algunas son cosas buenas, pero la mayoría no lo son tanto. En todo caso la forma de afrontarlas de Boldú es siempre la misma; al mal tiempo, buena cara.
No sé si este autor utilizará sus cómics como una forma económica de psicoanálisis. Las páginas de sus tebeos nos permiten entrar en el día a día de este autor, de este hombre, sin dejarse nada en el tintero. Desde luego, no debe de ser nada fácil ser amigo de Boldú, porque de serlo, sabes que muy a tu pesar, vas a salir en uno de sus tebeos. Y lo peor es que no creo que te deje quedar muy bien.
En este tomo, El arte de criar malvas, Boldú nos cuenta su nueva etapa vital. Divorciado por segunda vez, tiene que regresar al hogar materno como forma de subsistencia mientras realiza el trabajo que lo va a llevar de nuevo a la senda del "éxito". Mientras lo hace, toda clase de personajes pasan por su vida (por sus páginas). Desde una pareja de aficionados que le expresan su admiración proponiendole un trio, hasta los ligues habituales de un hombre que se define a si mismo como un poco hippy.
Si ya conocéis los anteriores trabajos autobiográficos de Boldú (Bohemio pero abstemio y Memorias de un hombre de segunda mano), en esta nueva entrega, este autor no os va a decepcionar ni un ápice. Sus historias siguen enganchándote de la misma manera, sin que llegues a explicarte que tiene su vida que te hace devorar las páginas hasta acabar el cómic. Pero además, en esta nueva entrega, Boldú va un poquito más allá, contándonos los entresijos del proceso creativo de un tebeo, con todas las miserias que ello conlleva.
Como bien dice Santiago Segura en el prólogo del tebeo, las cosas que le pasan a Boldú son tan increíbles que no puede haber otra explicación que no sea que son verdaderas al 100%. Como siempre, la realidad supera a la ficción.
Si queréis pasaros uno de los ratos más divertidos que un tebeo os puede dar, no lo dudéis. Leed a Boldú. Y si os gusta, estáis de suerte, porque en breve, Astiberri reeditará en formato integral sus dos anteriores trabajos.
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