lunes, agosto 30, 2010

¡Nadad libres!


Tres salmones, siguiendo su instinto, deciden remontar un río buscando cientos de salmonas en pleno periodo de ovulación, con el único fin de conseguir mojar su aleta.

- Josi, recuérdame por qué debemos escalar esto...


- ¡¡Por las tías, colega!!!. Miles de jodidas salmonas en pleno período de ovulación esperando con las aletas abiertas a que tres hermosos machos de genes perfectos vayan a fecundarlas.

Con una premisa como esta, solo podríamos esperar una chorrada o una genialidad.

Ni lo uno, ni lo otro. Afortunadamente, la primeriza historia que Sébastien Chrisostome nos propone se acerca más a lo genial que a lo fútil. Con un estilo gráfico sencillo, que por la portada podríamos acercar a una postescuela Disney, pero que viendo las páginas interiores claramente se muestra más cerca del universo mazmorriano, este novel autor nos ofrece una suerte de deconstrucción de Buscando a Nemo, con un enfoque claramente adulto.

La naturalidad del relato es uno de los puntos fuertes. Las aventurillas de estos tres colegas salmones nos enganchan desde la primera viñeta y según pasan las páginas no os extrañéis si la sonrisa, e incluso la carcajada, hace acto de presencia.

Un tebeo que no merece pasar al motón de los olvidados y que conviene tener en cuenta a la hora de organizar nuestras futuras compras.

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