No creo que nadie pueda discutir la prolificidad de Tillie Walden que en los últimos tiempos nos viene sorprendiendo cada poco con un nuevo libro. Si a esta incesante producción le sumamos unos niveles de calidad más que destacables, digamos que nada podemos objetar. Todo lo contrario.
Es esta obra, quizá, la más enigmática y misteriosa propuesta de la autora hasta el momento quien nos sumerge en un road comic en el que nos pasaremos gran parte del tiempo preguntándonos de qué va todo esto pero de la que no conseguiremos salir en gran parte gracias a la cautivadora atmósfera creada con el relato, tan inquietante como bella en lo visual.
Una lectura tan exigente como evocadora ideal para aquellos lectores que buscan lecturas distintas y a los que no les importe ser cómplices y jugar a ser guionistas ocasionales.
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