No se me ocurre mejor compañero de viaje para ilustrar un viaje por el infierno que Tony Sandoval. Su estilo gráfico encaja a la perfección para poner en imágenes lo que uno se puede encontrar en el averno.
Justamente lo que le ocurre a nuestro protagonista. Se despierta en el infierno y se ve encarcelado en lo más profundo un submundo que va descubriendo a cada paso que da. Como compañeros de prisión se encuentra a un curioso elenco. Entre otros; un criminal nazi, un príncipe compositor y asesino, un envenenador romano, una pirata y el mismísimo Jack el Destripador. El único punto de unión entre todos es su manifiesto deseo de huir del infierno.
Contando con un veterano guionista como Stephen Desberg la garantía de tener una narración sólida y fiable es total. Si añadimos los fantásticos universos creados por Sandoval, a medio camino entre lo bello y lo tétrico, tenemos todos los elementos para que esta extraña poética road movie sea una obligada elección de compra en nuestra lista mensual.