Jason vuelve a las estanterías y lo hace, una vez más, con todos los honores posibles. No hace mucho os hablaba sobre su anterior trabajo publicado en España y de las buenas sensaciones que me había causado. Con No me dejes nunca, la historia se repite, por lo cual, pese a mi reticencia inicial, creo que voy a tener que poner a Jason entre mis autores a seguir.
En este tebeo, el autor entra de lleno en sus temáticas habituales, buscando las razones e inquietudes que mueven a sus personajes, con un pie dentro y con otro fuera, a medio camino entre lo real y lo imaginario.
Tomando la referencia de la generación perdida del París de los años 20, con Hemingway, Scott Fitzgerald, Joyce, etc... Jason le da un giro a los hechos reales y convierte a los famosos escritores en autores de comic. Realmente este detalle no cambia mucho las relaciones que en su día debieron tener todos estos artistas, sin saber nunca donde acababa la admiración y la amistad y donde empezaba la envidia.
Pero lo que podía catalogarse como otra historia de autores ombliguistas contándonos sus paranoias, se convierte en un relato sorprendente, gracias a la maestría de Jason para cambiar de registro de ipso facto, ofreciéndonos un final marca de la casa, al más puro estilo Pulp Fiction.
Sin duda este es uno de los puntos fuertes de este autor, su capacidad de sacarse finales de la manga, cuando menos sorprendentes, que le dan a sus obras ese punto necesario para elevarlas sobre la media.
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