Tres salmones, siguiendo su instinto, deciden remontar un río buscando cientos de salmonas en pleno periodo de ovulación, con el único fin de conseguir mojar su aleta.
- Josi, recuérdame por qué debemos escalar esto...
- ¡¡Por las tías, colega!!!. Miles de jodidas salmonas en pleno período de ovulación esperando con las aletas abiertas a que tres hermosos machos de genes perfectos vayan a fecundarlas.
Con una premisa como esta, solo podríamos esperar una chorrada o una genialidad.
Ni lo uno, ni lo otro. Afortunadamente, la primeriza historia que Sébastien Chrisostome nos propone se acerca más a lo genial que a lo fútil. Con un estilo gráfico sencillo, que por la portada podríamos acercar a una postescuela Disney, pero que viendo las páginas interiores claramente se muestra más cerca del universo mazmorriano, este novel autor nos ofrece una suerte de deconstrucción de Buscando a Nemo, con un enfoque claramente adulto.
La naturalidad del relato es uno de los puntos fuertes. Las aventurillas de estos tres colegas salmones nos enganchan desde la primera viñeta y según pasan las páginas no os extrañéis si la sonrisa, e incluso la carcajada, hace acto de presencia.
Un tebeo que no merece pasar al motón de los olvidados y que conviene tener en cuenta a la hora de organizar nuestras futuras compras.
- Josi, recuérdame por qué debemos escalar esto...
- ¡¡Por las tías, colega!!!. Miles de jodidas salmonas en pleno período de ovulación esperando con las aletas abiertas a que tres hermosos machos de genes perfectos vayan a fecundarlas.
Con una premisa como esta, solo podríamos esperar una chorrada o una genialidad.
Ni lo uno, ni lo otro. Afortunadamente, la primeriza historia que Sébastien Chrisostome nos propone se acerca más a lo genial que a lo fútil. Con un estilo gráfico sencillo, que por la portada podríamos acercar a una postescuela Disney, pero que viendo las páginas interiores claramente se muestra más cerca del universo mazmorriano, este novel autor nos ofrece una suerte de deconstrucción de Buscando a Nemo, con un enfoque claramente adulto.
La naturalidad del relato es uno de los puntos fuertes. Las aventurillas de estos tres colegas salmones nos enganchan desde la primera viñeta y según pasan las páginas no os extrañéis si la sonrisa, e incluso la carcajada, hace acto de presencia.
Un tebeo que no merece pasar al motón de los olvidados y que conviene tener en cuenta a la hora de organizar nuestras futuras compras.
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