En esta época de Astonishing y Ultimates cada vez cuesta más encontrar un cómic de superhéroes de los de toda la vida. De esos donde se nos contaba una historia con buenos-buenos, malos-malos, y donde la trama fluía con cierta inocencia pero siempre manteniendo viva la llama del entretenimiento. Cómics dirigidos a un público infantil-juvenil pero que gracias a su calidad, finalmente alcanzaban lectores de todas las edades.
Un poco de esto, y algo más, es lo que nos ofrece el guión de Roger Langridge en El dios que cayó a la tierra.
Aunque el tebeo se publica dentro de la línea Impact de Panini, dirigida a un primer lector de superhéroes, como decía antes, este tebeo alcanza un público más amplio. Con un aire a Las historias jamás contadas de Spiderman de Busiek o incluso al Smallville televisivo, se revisita el origen del Thor más mundano, alejado de Asgard por Odín y condenado a una cura de humildad terráquea.
No es la primera vez que un autor proveniente del cómic indi, es contratado por una editorial mainstream para realizar un cómic de encargo con uno de sus personajes. Casos hubo, hay y habrá. Lo que ya no es tan normal, es que la apuesta salga tan acertada y pueda llegar a un número de lectores tan amplio.
Además, si a las historias de este guionista, le añadimos el punto friki del dibujo de Chris Samnee, alumno aventajado de la escuela Bruce Timm, el conjunto resulta realmente atractivo a todos los niveles.
Zekes de este mundo, abandonad por un minuto vuestros Astonishings y Ultimates, y dejaros llevar por una historia de las de antes, tan entretenida como bien hecha. No os arrepentiréis.
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