Me quito el sombrero ante el homenaje (con gran valentía editorial) que las gentes de Astiberri han realizado a modo de tributo histórico y en forma de álbum a la persona y obra de Cesc.
Un autor que es una referencia en el humor gráfico nacional quien, siempre en clave de humor, supo realizar un vivo retrato de las gentes y costumbres de nuestro país. Contemporáneo de otros genios como Sempé y Steinberg, con ellos comparte también una vocación de denuncia social, criticando los abusos de poder y desigualdades sociales, algo que hace que su obra, pese al paso del tiempo, tenga más vigencia que nunca.
Es un placer poder descubrir como detrás de la sencillez y dulzura del trazo de Cesc se esconde la labor de un francotirador social, crítico y poeta en iguales proporciones.
Un cómic que, como mínimo, merece que lo pongamos en nuestra lista de opciones de compra y que a poco que le demos una oportunidad sabrá recompensarnos con creces.
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