La rubrica autoral de Joaquín López Cruces en un cómic es imperativo para su compra. Lo es por su capacidad creativa, por su bonhomía y por habernos regalado para el recuerdo un clásico atemporal como Sol Poniente. Si aún por encima a López Cruces lo acompaña en la aventura un guionista de la calidad y solvencia de Enrique Bonet, miel sobre hojuelas.
Estos autores de revelan con una tan necesaria como maravillosa reivindicación sobre la importancia del acceso a la cultura en el ser humano a través de un relato inspirado en la experiencia real de la Misión Pedagógica durante la segunda república, desarrollada en varios pueblos de la Alpujarra granadina en agosto de 1933, llevando bibliotecas, discos, películas y reproducciones de los mejores cuadros del Prado a 5.000 pueblos de España.
Maravilloso en su ejecución y maravilloso por la esencia de lo contado.