jueves, febrero 17, 2011

Juego de manos


En este maremágnum en el que se ha convertido la publicación de cómics en España, de vez en cuando, la necesidad y la demanda se ponen de acuerdo con los criterios editoriales. Es el caso de esta reedición del ya clásico Juego de manos de Jason Lutes.

Después de una larga temporada en la que los tres pequeños tomitos de la primera edición de la obra estaban totalmente agotados, La Cúpula, por fin, ha reeditado todo el conjunto en un bonito tomo, dándole más presencia y empaque como objeto de la que tenía en su anterior aparición.

Pese a su inicial serialización en un periódico de Seattle, Juego de manos nació con la vocación de novela gráfica, en su acepción más sencilla de historia completa para adultos. Posiblemente, junto a los trabajos de Eisner y el Maus, esta obra de Lutes fuera de las primeras novelas gráficas leídas en mi vida, sin tener, por aquel entonces, la menor idea de estar leyendo eso, una novela gráfica.

Su primera publicación en nuestro país dentro de la línea Brutt de La Cupula (una suerte de grapa camuflada con una portada en algo a medio camino entre el papel y el cartoné) se anticipó al fenómeno comercial en el que se ha convertido desde entonces la novela gráfica en otra de sus acepciones, como es la de su formato de publicación.

Era necesario que este título volviese a estar disponible para que presentes y futuras generaciones de lectores lo pudieran disfrutar. Además, sin que sirva de precedente y pese al cariño que tengo por los tres volúmenes originales, hay que reconocer que esta nueva edición en tomo le sienta de maravilla al conjunto.

Esta historia de perdedores metidos a magos le sirve a Lutes para dar rienda suelta a sus pasiones de infancia (entre otras, Houdini y Tintin) y construir una historia donde convergen la tradición de la BD europea que Lutes leía de pequeño con todo el vanguardismo de un autor independiente americano. Esta simbiosis se transforma en una obra magnifica en todos sus elementos, desde unos sólidos cimientos arguméntales y narrativos hasta la preciosidad de la fachada gráfica con la que Lutes dibuja cada página.

Una novela gráfica adelantada a su tiempo, que vuelve a estar disponible en un formato que, esperemos, la devuelva al lugar del que nunca debió de salir.

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