En Francia hay una gran tradición en cuanto historias sobre La Primera Guerra Mundial se refiere. Numerosos son los autores y diversas las aproximaciones. También, en este país, es sabida la querencia que el público tiene por el polar, por el género negro y de detectives. También, incontables, son las propuestas de este estilo.
Lo que más me ha sorprendido de esta obra en formato integral, es que hasta su lectura, nunca había visto una obra que mezclara los dos géneros de la manera en que lo hace Nuestra madre la guerra. Porque la trama gira sobre las investigaciones de un gendarme en medio de la gran guera. El asesinato de tres mujeres llevan al teniente de gendarmería Roland Vialatte a la primera línea de batalla, hasta las mismísimas trincheras, para esclarecer el caso.
Una obra que se va cocinando a fuego lento. Por momentos, la trama policial es la que manda. En otros, nos vemos sumergidos en una crónica de la cruel guerra. En el conjunto, una obra sorprendente, de pausada lectura y que dejará grandes sensaciones a todos aquellos que se opten por ella como opción lectora.
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