Unos días de más tardó en llegar la lectura de la segunda entrega, y definitiva, de Saint Elme. Porque con un poco más de antelación, este título, posiblemente, estaría en mi lista del año.
Lehman y Peeters cierran de manera magistral las altas expectativas creadas en la primera entrega, equilibrando la parte de noir real y la parte más mística e inexplicable de manera que todo encaje como mecanismo bien engrasado.
Si ya os había convencido la primera entrega, ningún motivo para que no disfrutéis del final de la historia con la misma o incluso mayor intensidad.
Si aún no os habíais subido al barco, llegó el momento de hacerlo.
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