Tardé en entrarle a esta propuesta comiquera de Pablo Martín Farina, Alberto Madrigal y el propio hijo de Escobar, Juan Pablo Escobar. Y la razón era la pereza que me daba encontrarme con más de lo mismo. Después de las diversas aproximaciones televisivas pensaba que poco más me podían contar sobre el gran capo de la droga.
Ya podéis intuir que estaba equivocado. Entre otras cosas porque Pablo Escobar no es el protagonista de esta historia. Su figura sobrevuela de forma omnipresente lo contado, pero los verdaderos protagonistas son sus sicarios, presentados y retratados a través de los ojos del hijo de Escobar, quien consideraba a estos desquiciados maleantes sus niñeras.
El cómic nos va presentado a los diversas "niñeras", sus excesivas historias personales y su relación con el patrón y con el hijo del patrón. Con un tono que no puede evitar la comedia pero que a poco que reflexionemos, detrás de la sonrisa siempre veremos el drama.
Una lectura muy entretenida, divertida incluso diría yo, y a las que, por lo menos, os pido que le quitéis la etiqueta de una historia más sobre Pablo Escobar. Esto es algo distinto.
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