Otra de esas propuesta de cómic juvenil que se deja leer perfectamente con ojos adultos. Básicamente porque Molly Knox Ostertag nos trae un cómic bien realizado, con una narrativa fluida y ordenada, un acertado uso narrativo del color y con un punto de misterio que nos hace pasar las páginas hasta el final.
Costumbrismo fantástico. Así se podría definir la trama de este cómic que revisita en modo queer las amistades infantiles cuando se llega a la edad adulta al mismo tiempo que introduce toques de fantástico que encajan a la perfección en el relato.
Si empiezas a leer te lo acabas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario