
Precioso libro de arte en el que se repasa de forma pormenorizada la carrera de este genio del dibujo que es
Steve Rude. Desde sus trabajos más conocidos para el mundo del
comic, con
Nexus a la cabeza, hasta sus trabajos de ilustración, animación, encargos y estudios al natural.
Todo aquello que se le puede pedir a un libro de arte está aquí presente. Material inédito
escaneado directamente de los originales del autor, textos en los que el artista explica su proceso creativo a través de todas sus etapas, fotos inéditas del autor en diversas fases de su vida, etc...
Poco más puedo decir. Si cabe, intentar explicar la faceta humana de este autor, a la altura o por encima de su faceta artística.
Fue en las
II Jornadas del
comic de
Aviles, por el año 97.
Steve Rude era uno de los invitados de las jornadas. Incluso se podría decir que era el cabeza de cartel de ese año.
Como siempre, entre las actividades previstas estaba su charla-coloquio y posterior sesión de firmas. Una vez acabada la charla, no sé, pongamos sobre las 21:00 horas, se formó una cola de aficionados que querían llevarse un dibujo de este hombre. Sin dilación, se puso a la obra y a la vez que conversaba con sus
fans, los dibujos iban cayendo.
El problema es que el centro donde se organizaban las jornadas pertenece al ayuntamiento. Por lo tanto, las personas que abren y cierran el local son funcionarios, en su mayoría ajenos al mundillo del
comic. Con lo cual, llegó la hora de cerrar, pongamos las 22:30, y los aficionados con dibujo aún no llegaban a la mitad.
Poco a poco la gente fue saliendo del recinto, mientras el bueno de
Rude hablaba con los miembros de la organización, comentándoles que no podían cortar la sesión de firmas de esa manera. Si no recuerdo mal, el autor se marchaba al día siguiente y no iba a tener otra oportunidad de contentar a los
fans.
Ante la imposibilidad de seguir las firmas debido a la falta de local y a que la organización y demás invitados se tenían que ir a cenar, parecía que muchos
fans, se iban a quedar sin dibujo.
Y este es el momento en que el
Rude más humano entró en acción. Ni corto ni perezoso, le dijo a la gente de la organización que se fueran a cenar, que el se quedaba allí y no pensaba marcharse hasta que todos y cada uno de sus
fans se llevaran un recuerdo.
Se sentó en la barandilla del patio exterior del recinto, formó una cola, y allí, a la intemperie, se quedó hasta pasadas las 12 de la noche haciendo
dibujitos. No hubo
fan en
Aviles que se quedara sin dibujo de
Steve Rude. Y no os penséis que hacía cuatro lineas mal hechas!!! Todo lo contrario.
Así es como recuerdo la escena. De todas formas,
Peonza, si tienes que añadir o corregir algo, no dudes en hacerlo.
Lo dicho.
Steve Rude, genio y figura.