
Una vez leído, no me atrevería a clasificarlo como un clon intencionado de Persepolis. Pese a que con todas las pruebas sobre la mesa un juez primerizo podría dar una sentencia clara, la verdad es que si bien hay similitudes, tanto temáticas como gráficas, también hay diferencias que permiten tener a Zeina Abirached su propia personalidad (sobretodo en el apartado narrativo).
En todo caso, diferencias o no al margen, El juego de las golondrinas es una obra cuyo público afín se va a encontrar entre los seguidores de Persepolis. Si no os gustó el trabajo de Satrapi, no creo que encontréis algo aquí que os pueda hacer cambiar vuestro gusto. Por el contrario, si os gustó, tampoco tengo ninguna duda que vuestro dinero estará bien invertido.
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