Es curioso como un autor puede ser encasillado en un estilo con tan solo una obra publicada.
Guy Delisle, en España, va a ser un autor de relatos autobiográficos durante mucho tiempo. Normal, si lo único que tiene publicado se puede encasillar en ese "género".
Pero en Francia, este hombre tiene una producción mucho más abundante y variada.
Es el caso de su serie, L'inspeceur Moroni.
Con un cambio de estilo, tanto gráfico como temático, Delisle nos cuenta la historia de un patán muy eficiente o un eficiente patán, metido a detective. Por circunstancias, este joven, recién salido de la academia, se junta con el veterano de la comisaria para intentar resolver un caso.
Vamos, el colmo de la originalidad, no?
No vayamos tan rápido, porque de una idea tan sobada, al final se saca mucha miga.
La clave está en el humor. El autor se ríe de todo un poco, se ríe de su personaje, se ríe de los métodos policiales e incluso se ríe de si mismo (en una viñeta aparece el protagonista de Shezem, o sea, el mismo, detenido en la comisaria del inspector).
Si Moroni ya tenía pocos problemas haciendo todo al revés, a su madre le da por visitarlo una temporada. Esto le obliga a refugiarse en sus pastillas y vitaminas para superar el trago.
Menos mal que siempre podrá conversar con su perro, su fiel compañero, mientras se fuman un pitillo en la cama (sic).
En el aspecto gráfico la serie también tiene un buen remodelado. Un estilo diferente, con un maravilloso color a cargo de Brigitte Findakly (la compañera de Trondheim), y con gran cuidado en los fondos, algo que brillaba por su ausencia en sus anteriores trabajos.
Yo ya tengo un nuevo referente entre mis patanes favoritos.
Una serie a seguir, y a poco que mejore en sus posteriores entregas, puede dar mucho que hablar.
Guy Delisle, en España, va a ser un autor de relatos autobiográficos durante mucho tiempo. Normal, si lo único que tiene publicado se puede encasillar en ese "género".
Pero en Francia, este hombre tiene una producción mucho más abundante y variada.
Es el caso de su serie, L'inspeceur Moroni.
Con un cambio de estilo, tanto gráfico como temático, Delisle nos cuenta la historia de un patán muy eficiente o un eficiente patán, metido a detective. Por circunstancias, este joven, recién salido de la academia, se junta con el veterano de la comisaria para intentar resolver un caso.
Vamos, el colmo de la originalidad, no?
No vayamos tan rápido, porque de una idea tan sobada, al final se saca mucha miga.
La clave está en el humor. El autor se ríe de todo un poco, se ríe de su personaje, se ríe de los métodos policiales e incluso se ríe de si mismo (en una viñeta aparece el protagonista de Shezem, o sea, el mismo, detenido en la comisaria del inspector).
Si Moroni ya tenía pocos problemas haciendo todo al revés, a su madre le da por visitarlo una temporada. Esto le obliga a refugiarse en sus pastillas y vitaminas para superar el trago.
Menos mal que siempre podrá conversar con su perro, su fiel compañero, mientras se fuman un pitillo en la cama (sic).
En el aspecto gráfico la serie también tiene un buen remodelado. Un estilo diferente, con un maravilloso color a cargo de Brigitte Findakly (la compañera de Trondheim), y con gran cuidado en los fondos, algo que brillaba por su ausencia en sus anteriores trabajos.
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Una serie a seguir, y a poco que mejore en sus posteriores entregas, puede dar mucho que hablar.
1 comentario:
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