martes, febrero 05, 2008

Mi mamá está en América y ha conocido a Buffalo Bill.


Sorprendente e inclasificable. Esta es la primera impresión que se le queda a uno después de leerse este libro-tebeo. Si partimos de la idea de que esta obra está pensada para un lector infantil, o como mínimo juvenil, no puede dejar de sorprender el tratamiento tanto formal como temático que Émile Bravo, siguiendo el guión de Regnaud, da a este libro.

Pasando página tras página, nunca acabas de situar definitivamente la obra. Por momentos parece un libro de ilustración, en el sentido más clásico de la palabra, para pasar, en la siguiente página, a una planificación 100% comic.
El tono de las historias, van del naif propio de los cuentos infantiles, narrados desde el punto de vista de un niño, a otros relatos en el que los temas no son los más propios para un cuento infantil, o cuando menos, tienen distintos niveles de lectura, variando según la edad del lector.

El protagonista, Jean, está en esa edad en la que se empieza a dejar atrás la infancia y se empieza a entrar de lleno en el mundo adulto. Toda la magia de la vida infantil, queda en un segundo plano ante la evidencia de la realidad. Papá Noel ya no existe, y en el colegio hay niños que tienen problemas y son trasladados a cuidados especiales. Pero realmente, dentro de la cabeza de Jean sólo hay una pregunta; ¿dónde está mi mamá?

Aunque por momentos pueda parecer que este libro trata temas que le pueden quedar grandes a un niño, yo pienso que la apuesta es acertada, y que hay que dejar que el propio lector, sea un niño o un adulto, acceda a la historia según su nivel de lectura y la interprete a su manera.

En todo caso, estamos ante un soplo de aire fresco en lo que al mundo del comic se refiere, y ante una puerta abierta en lo que el mundo de libros-tebeos para niños se refiere.
Muy, muy recomendable.

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