Israel Sketchbook

Contadas son las propuestas comiqueras que nos llegan desde el vecino Portugal. Si aquí en España siempre nos quejamos de la situación, lo de Portugal casi roza lo dramático. Una nula producción propia, con contadísimas referencias y autores. Con esto en mente, la salida de un álbum de un autor portugués siempre es motivo de celebración.

Ricardo Cabral es uno de esos francotiradores que se resisten a dejar de hacer eso que les gusta pese a que las circunstancias se lo pongan difícil. Publicado por ASA, Israel Sketchbook, es un libro que en principio y a primera vista podríamos catalogar como un cuaderno de viajes, pero que en una lectura más completa nos ofrece un poco más.


Después de acabar su álbum Evereste, saturado tras más de un año y medio de trabajo, Cabral realiza un viaje a Israel. Durante su estancia, movido por su pasión natural por el dibujo, no dejó de tomar apuntes en su cuaderno de dibujo sin mayor intención que el mero placer de dibujar.
De regreso a su hogar, y viendo los dibujos y fotos que tomó durante su estancia, el germen de una idea para una obra completa empezó a crecer en su cabeza y esta es la manera en que Israel Sketchbook vio la luz.



Lo curioso de esta obra, y lo que la diferencia de cualquier libro de viajes al uso, es la peculiar mezcla de periodismo, cómic, ilustración y fotografía que Cabral pone en escena.
Sorprendente y novedosa me parece la manera en que Cabral realiza sus dibujos desde una perspectiva totalmente fotográfica, con enfoques y perspectivas más propias de este último campo que del dibujo, creando un híbrido entre dibujo y fotografía.


Su proceso de creación parte de una base de dibujo, tomado al natural y de forma espontánea. Sobre esa base, y con el apoyo documental de las fotos tomadas, Cabral realiza el pintado de estos apuntes, buscando por medio de las acuarelas la afinidad con el color 100% natural de las fotos, primando el hiperrealismo en ocasiones, mientras que en otras sobresale la base de dibujo, extendiendo y mezclando esos límites entre cómic, ilustración y fotografía.

Por otro lado, en la temática, Cabral también sabe distanciarse del registro común y anecdotico que suele acompañar a los cuadernos de viajes. Es cierto que siempre parte del detalle, de un instante común inmortalizado para el recuerdo por medio de su lápiz, pero al mismo tiempo, reforzado por los comentarios contextualizadores que acompañan a cada ilustración, también nos muestra la realidad del día a día Israel, con una visión neutra, apolítica y que mantiene las distancias para que sea el lector el que saque sus conclusiones, consiguiendo la cuadratura del círculo, siendo objetivo por medio de su mirada subjetiva.



Israel Sketchbook y Ricardo Cabral son la prueba de que en Portugal hay vida comiquera, mucho más de lo que nos podemos pensar. En breve espero ir aportando más pruebas que refuercen esta idea.

Por ahora sólo disponible en la edición portuguesa de ASA, pero debido a las características del libro en cuestión, cualquier lector español puede disfrutar de su lectura sin muchas dificultades.