Ya está disponible la edición en castellano de Portugal, una de las lecturas más reconfortantes de este año.
Fue un amor a primera vista. El tomo a gran tamaño, la gran cantidad de páginas, la atractiva portada, el reclamo de Pedrosa, etc... todo conducía a un flechazo inminente. Coger el libro en las manos, abrirlo y echar un vistazo fue definitivo. La sensualidad y calidez del trazo de Pedrosa fueron irresistibles.
Con el cómic ya en mi poder, busqué el momento adecuado para proceder a la lectura. Algo dentro de mi ya me decía que Portugal era un libro para dedicarle el tiempo y la atención necesaria. Mi sexto sentido no se equivocaba porque una vez pasada la última página, mi cuerpo y mi mente quedaron en un pleno estado de satisfacción.
Portugal tiene mucho de Pedrosa. Indudablemente, su maravilloso y personal estilo gráfico está ahí, con mil y una variaciones y experimentaciones, pero Pedrosa al 100%. Pero cuando digo que tiene mucho de Pedrosa, me refiero a que el álbum es un viaje a las raíces familiares de Simon Muchat, francés de nacimiento, pero con una singular historia familiar. ¿Por qué el abuelo del protagonista emigró un día a Francia para no volver jamás a Portugal? Una historia que no es autobiográfica, pese a que el autor ponga mucho de sí mismo, y con la que cualquier lector se podrá sentir identificado sin mucha dificultad.
Casi 300 páginas de relato para contar esta historia podría parecer exagerado, pero desde el momento en que pasamos la primera página y nos metemos de lleno en la búsqueda, todo fluye sin que llegue a sobra ni una sola página. Por supuesto, la parte gráfica, con un Pedrosa en pleno apogeo, hace que el paseo sea todavía más placentero, realizando al mismo tiempo un pequeño master de puesta en escena y narración, alternando a la perfección diferentes estilos según la historia los va necesitando.
Portugal es un cómic de muchas capas donde partiendo de una historia principal se nos va descubriendo pequeñas historias que a su vez se agrupan en una sola.
Abstenerse los amantes de los relatos anfetaminicos, sin tiempo para la reflexión
Atención los fans de Los combates cotidianos de Larcenent, porque Pedrosa ha construido una historia a su altura.
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