Tras leer cada nueva propuesta de Terry Moore la duda sobre si este autor innova o se repite en sus historias es cada vez mayor. Va cambiando los escenarios e incluso los géneros, pero en el fondo nos encontramos con esas constantes en sus obras; personajes femeninos, situaciones extraordinarias para reflejar relaciones cotidianas, grandes diálogos, tramas que avanzan al ritmo de sus personajes y no al contrario, etc...
Si en Strangers in Paradise la base de todo era el thriller, en Echo se daba paso a la ciencia ficción más superheroica, ahora, con Rachel Rising, Terry Moore se adentra en el mundo de lo sobrenatural.
En el lecho de un río seco nuestra protagonista regresa de entre los muertos, literalmente, con una fea marca en su cuello y la sensación de no tener ni idea de qué le ha pasado. Cuando regresa a su pueblo, Mason, todo el mundo la encuentra extraña. En la búsqueda del origen de todo este sinsentido, la situación, en vez de mejorar, cada vez empeora. Parece que en Mason algo maligno se ha despertado y empieza a extender sus brazos sobre el pueblo.
Y así, una vez más, con los mismo ingredientes de siempre, Terry Moore nos despacha una propuesta que pese a ser reconocible sigue siendo sorprendentemente fresca. Con el mismo ritmo que en sus anteriores obras, dosificando los elementos claves para que nuestra atención se mantenga a lo largo de la lectura y sabiendo mezclar los elementos más terroríficos con el humor más negro posible, Rachel Rising se descubre como una obra que merece de nuevo toda nuestra atención y que pone a Terry Moore una vez más de actualidad.
Gustará a los fans habituales de las obras de Terry Moore a la vez que podría interesar a cualquier lector ocasional en busca de nuevos tipos de lecturas.
