Leyendo Dead Body Road hay momentos en que la sombra de Scalped se hace presente. No quiero decir con esto que este cómic alcance la profundidad temática y ambiental de una de las obras de referencia de los últimos años, pero si que hay un cierto aire de wannabe.
En gran parte esta comparación que me saco de la manga, viene motivada por lo espectacular de las escenas de acción en Dead Body Road. Lo que en la portada se presenta como una declaración de intenciones en el interior se convierte en todo una realidad gracias al enorme trabajo de Matteo Scalera, quien no rehuye ningún desafio gráfico en cuanto a escenas de acción se refiere.
Dice el guionista, Justin Jordan, que DBR es en parte un homenaje a las novelas de Elmore Leonard y Richar Stark (más conocido en nuestro país como el creador de Parker). Y es innegable que en su interior se pueden reconocer caminos ya recorridos por estos escritores, pero desde luego DBR tiene su propia personalidad y estilo para hacerla merecedora de una oportunidad.
Quizá el único pero que se le pueda poner a este tomo es la brevedad del mismo, puesto que hablamos de una historia autoconclusiva. Pero por otra parte, en esta época de series interminables también se agradece una lectura tan rápida como reconfortante.
Gustará a lectores habituales del género negro departamento thriller de acción y a aquellos que quieran unas escenas de acción dignas de ser recordadas.
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