martes, enero 13, 2015
World War Wolves: Dios tiene gracia
Si bien va a ser inevitable que la serie Los muertos vivientes salga a colación en esta reseña, vaya por delante que World War Wolves no es simplemente un clon europeo del mundial éxito americano. Si que podríamos decir que esta serie es la respuesta francesa al fenómeno walking dead o incluso la manera que la industria francesa tiene de generarse sus propias habichuelas.
Los paralelismos con Los muertos son palpables. Futuro apocalíptico, epidemia, supervivencia y respuesta humana ante situaciones límites.
A causa de una enfermedad extremadamente contagiosa de naturaleza desconocida, una gran parte de la población americana se ha convertido progresivamente en licántropos. Los supervivientes han huido de las grandes ciudades, infestadas por estos monstruosas bestias, y se han reagrupado en pequeñas comunidades fortificadas. Pero, con el tiempo, los lobos se han ido agrupando y han creado una nueva sociedad... en la que los hombres son el alimento.
El habilidoso guionista Jean Luc Istin, en colaboración del dibujante malagueño Kyko Duarte, consigue darle a World War Wolves su propia personalidad, dando gran importancia al ritmo narrativo y a la construcción de personajes y psicología, bazas necesarias para que a medida que la lectura progresa veamos más las diferencias que las similitudes entre esta serie y Los muertos vivientes.
Estamos ante un producto de consumo palomitero, no exento de calidad y que aunque puede tener puntos en común con otras obras del estilo también posee suficiente personalidad y calidad como para hacerla merecedora de una oportunidad.
Gustará a los habituales seguidores de Los muertos y también a cualquier lector que quiera pasar un entretenida lectura.
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