Ya sabéis que el manga tiene tal aceptación en Japón que existen mangas dirigidos a todo tipos de lectores y donde se tratan los temas menos esperados. Dentro de esa categoría, sobre todo si lo vemos desde un punto de vista occidental, destaca la serie Oishinbo, que lleva largo tiempo dedicando sus páginas a la cocina japonesa.
Si estuviéramos hablando de una publicación puntual sobre comida japonesa, no estaría fuera de toda lógica entender su presencia en el mercado justificada por la compra de un lector muy especifico interesado en el tema. Pero cuando hablamos de una serie que lleva tanto tiempo publicándose, tiene que haber algo más que la simple curiosidad. Digamos que la historia tiene que ser entretenida y tiene que enganchar al lector para que vuelva a por más.
Para conseguir esto, los autores han sabido buscar una trama de entretenimiento que sostenga la parte más académica y de divulgación de la cultura japonesa que está presente en la obra. Esta excusa argumental es la propuesta de un periódico que encarga a sus empleados la elaboración del menú definitivo configurado por los platos más deliciosos del mundo. A la búsqueda de este menú, se lanzan nuestros protagonistas, Shiro Yamaoka y Yuko Kurita.
Y un manga con esta premisa, ¿realmente engancha? Pues a poco que tengas un interés en la cultura japonesa y especialmente en su comida, esta historia es casi imprescindible, porque no solo nos da a conocer la mayor parte de los platos tradicionales japoneses y su historia sino que sabrá conservar todo nuestro interés en el proceso.
Una obra a la que se podrán acercar por igual los fans del manga y de la cultura japonesa a los que recompensará por igual.
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