lunes, abril 24, 2017

Pinturas de guerra



A ver, librero, que estás muy pesado con esto del Pinturas de guerra. Realmente, ¿por qué me tengo que comprar este cómic?

Bueno, pues porque es uno de los mejores cómics publicados en lo que va de año y en los últimos tiempos.

Porque es una obra que a su autor, Ángel de la Calle, le costó hacer muchos años. Y si Ángel de la Calle dedica tanto tiempo a realizar algo, tienes la garantía de que ese algo va a estar bien.

Porque es un cómic que sin duda es cómic, pero que también es literatura y cine. Pinturas es Rayuela y Phillip K. Dick. Seberg y Al final de la escapa. Corto Maltés y Valentina.

Porque si  Paco Ignacio Taibo dice que esta es una de de las más brillantes novelas gráficas que ha leído en su vida, ya no es solo el librero el que os la recomienda.

Porque Pinturas de guerra es una obra exigente, no lo vamos a negar, pero también es una obra que sabrá recompensarte con creces por cada minuto invertido en su lectura.

Porque si con todo esto todavía no lo tenéis claro, podéis comprobar el potencial de la obra echando un ojo a su primer capítulo.

http://www.reinodecordelia.es/ppaginas/pinturas.pdf

Y si aún así, no estáis convencidos, porque el propio Ángel de la Calle os convencerá en persona este próximo sábado día 29 a partir de las 12 horas.

Un español llega a París en busca de documentación sobre la actriz Jean Seberg. Casi sin advertirlo, se ve envuelto en una trama de represión contra pintores latinoameticanos que han escapado de las dictaduras militares de sus países. En palabras del escritor Paco Ignacio Taibo II, prologuista de este cómic, «lo que hace genial Pinturas de guerra es que maneja con precisión las claves narrativas, que permiten que decenas de personajes y sus historias se reúnan en una historia central: un agente de la cia, su homólogo de los servicios secretos franceses involucrado en el pasado de la guerra sucia contra Argelia, una pintora chilena, un pintor tupamaro, un superviviente mexicano de la matanza de Tlateloleo, un pintor montonero argentino, y todos ellos reencontrándose en un París de fecha imprecisable, gracias al error que un joven español comete cuando llega a la ciudad para escribir una biografía de la princesa maldita del cine norteamericano».

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