No querías Cullen Bunn, pues toma dos tazas. Ayer os hablábamos de Darkark y hoy tenemos otra ración más de Bunn en forma de thriller policial con guerra de bandas por el control de droga.
A simple vista no es una premisa donde el gusto por el horror y lo sobrenatural que son seña de identidad del guionista se pueda intuir. Pero claro, algo extraño y sobrenatural tiene que haber estando Bunn de por medio. ¿Y si os digo que esta droga realmente está hecha con cenizas de cadáveres? Ah, entonces todo empieza a encajar, ¿no?
Otra serie palomitera con garantía de entretenimiento que posiblemente deje igual de contentos a aquellos lectores que estén cómodos en los thriller policiales y en las historias de terror.
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