Atención todos aquellos lectores que estén a punto de adentrarse en la crisis de los cincuenta porque este Corredores aéreos os va a atrapar como un caimán entre sus garras y no os va a dejar escapar.
Una historia que nos devuelve al Davodeau más costumbrista y reflexivo, en la línea de Lulú, que en esta ocasión se hace acompañar de sus dos amigos Christophe Hermenier y Joub para ofrecernos un cómic realizado a seis manos que nos cuenta la crisis vital de Yvan, quien a sus cincuenta años, tras la muerte de sus padres, con su mujer trabajando en el extranjero y con sus hijos siguiendo su vida, de repente se encuentra sin trabajo y dejando su apartamento en París para refugiarse en la casa de unos amigos en plena montaña.
Una preciosa historia de esas en las que parece que no se cuenta nada pero una vez acabada su lectura nos llena mucho más de lo pensado y en la que estos tres autores consiguen realizar una melancólica crónica sobre el paso de la vida, la amistad, el amor y la familia sin caer en ningún momento en el pasteleo o el melodrama.
Claramente uno de esos libros que leídos en el momento y lugar precisos pueden llegar a ser uno de nuestros cómics de cabecera. No todo el mundo lo disfrutará igualmente, pero al que le toque de lleno, lo gozará.
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