En su dilatada trayectoria no es la primera vez que Peeters nos ofrece un trabajo de puro genero negro/polar. Desde su variante más pura hasta a opciones donde diversos géneros se mezclan de una manera casi indistinguible.
Situaría este Saint-Elme en la casilla de genero negro al estilo hermanos Cohen, con esas situaciones y personajes a mitad de camino entro lo real y lo irreal con una trama en la que nunca sabremos si estamos revisitando situaciones conocidas o adentrándonos en una original trama nunca vista.
Por supuesto, damos por hecho que la maestría narrativa de Peeters, siguiendo el guión de Lehman, está garantizada, algo que consigue que la lectura se vuelva trepidante y la sensación de devorar las páginas esté presente.
Intriga. Misterio. Sucia violencia. Cliffhangers en cadena. Algo de misticismo.
Sensación de inmersión total.
Satisfacción lectora, máxima.
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