Increíble que el texto de Aldous Huxley, escrito hace casi un siglo ya, siga teniendo toda la vigencia en nuestro días. Esa distopía que intentaba ser una sátira a la sociedad de la época se adapta a la perfección a la sociedad actual.
Una realidad donde todos las personas son felices a cambio de no pensar, amar o incuso sentir. Cada uno ocupa el lugar al que está predestinado y solo debe de preocuparse por consumir y tener placer.
Fred Fordham asume la complicada tarea de llevar al lenguaje del cómic el texto original saliendo más que airoso del trance y regalándonos un cómic totalmente respetuoso y fiel con el original y que sabe trasmitir toda la fuerza y crítica presente en la obra original.
Una estupenda manera de acercar la obra de Huxley a un nuevo perfil de lector que, fuera por la razón que fuese, nunca había tenido la oportunidad de adentrarse en Un mundo feliz.
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