Me encanta la manera en la que Trung Le Nguyen utiliza los cuentos de hadas y leyendas populares, en este caso vietnamitas, para hacer un paralelismo con la realidad más actual tratando temas como la inmigración, las segundas y terceras generaciones a medio camino entre las antiguas y las nuevas tradiciones, la importancia del lenguaje y la comunicación o la identidad.
La vida real no es un cuento. Los padres de Tién son inmigrantes que se esfuerzan en mejorar su inglés y él, que no controla el vietnamita, desconoce las palabras para salir del armario en su idioma.
Si ni siquiera sabe cómo decir lo que quiere, ¿cómo va a saber si sus padres podrán aceptarlo?
La respuesta está en los cuentos, el lenguaje sin barreras que Tién comparte con sus padres. A través de las historias que han acompañado a su familia a lo largo de generaciones, tanto Tién como sus seres queridos aprenderán a navegar el mundo y a hacer de los cuentos relatos para quienes lo necesitan.
Una historia preciosa en su interior y en su exterior con una parte gráfica que sabe recrear y llevar al mundo real todo el encanto de los mundos fantásticos.
Ideal para todo tipo de lector y en especial para aquellos que disfrutaron de obras como Snapdragon, los trabajos de Tillie Walden o Las cien noches de Hero.
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