La proposición sigue vigente. No hay Brubaker-Phillips malo.
Lo vuelven a repetir. La misma base de género negro de siempre y una lectura totalmente nueva.
Porque Donde vi el cadáver es lo que sale cuando Phillips le pide a Brubaker que le escriba una historia de amor. Y sí, realmente podríamos definir esta historia como una historia de amor... a lo Brubaker y Phillips.
El verano del 84. Pelican Road. Un cadáver y su vecindario. Una casa de huéspedes llena de yonquis. Una esposa insatisfecha. Una adolescente que se cree una superheroína. Un policía que solo quiere paz y tranquilidad. Y un detective privado que busca a una chica fugada.
Estos son los elementos de los que parten estos autores para crear quizá una de su propuestas más dispar pero con el mismo resultado final habitual en sus obras; una lectura que engancha.
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