Una vez más se vuelve a repetir un fenómeno cíclico en el mundo de los comics. Una serie que goza del favor de los fans y de la crítica, pero que no alcanza las ventas mínimas requeridas por la editorial, finalmente se ve obligada a cerrar.
Aunque tampoco se puede decir que este sea el principal motivo, puesto que el editor en DC de la serie siempre la apoyó y le dio el visto bueno aunque las ventas no fueran las esperadas.
Pero primero Lark abandonó los lapices (aunque el relevo lo tomó nuestro Kano, mejorando incluso la labor de Lark). Después fue Brubaker quien se fue a trabajar a Marvel, para proporcionarnos una maravillosa etapa de Daredevil. Finalmente, Rucka, solo ante el peligro, decidió que no tenía sentido continuar con la serie si dos de los tres padres se habían ido de casa.
Creada por los guionistas Brubaker y Rucka, su sola presencia en los guiones era una garantía de calidad. Si a esto le añadimos que estos dos guionistas no concebían la serie si Michael Lark no estaba a los lapices, ya tenemos todo lo necesario para un éxito seguro.
Aunque está enmarcada dentro del universo de Batman, esta no es una serie de superhéroes al uso. De hecho, la presencia de Batman, marcada más por presiones editoriales que por razones creativas, es puntual. En todo un número puede salir en un par de viñetas. Y lo mismo se puede decir de los villanos, o como los mismos polis les llaman, monstruos.
Salen poco, justo lo necesario, dejando todo el protagonismo a los polis de la Unidad de Crímenes Mayores.
Saga tras saga, con Rucka encargándose del turno de día y Brubaker del turno de noche, la serie te va enganchando. Se presentan a los protagonistas y cuando te quieres dar cuenta ya forman parte de tu familia.
Los detectives Driver o Allen, la detective Montoya, la recepcionista Stacy (la encargada de encender la batseñal, debido a que nadie con un cargo oficial puede hacerlo), sus familias, etc...
Personajes tan reales como la vida misma. Policías que podrían serlo de cualquier ciudad. Pero la diferencia es que ellos viven en la ciudad del murciélago, un personaje que nunca sabes si te ayuda o te perjudica en tu labor diaria.
Todos los números de la serie mantienen un nivel medio excelente. Pero hay un par de sagas, Half a life, con Montoya y Dos Caras como protagonistas, o la de Dead Robin, que se salen muy por encima de la media y que merecen entrar en la lista de las grandes historias jamás contadas de Batman.
Se acaba una serie. Se acaba una etapa.
A todos aquellos que no la conozcáis, os la recomiendo al 100%.
Un J-imprescindible.
Os diría que la comprarais ya, que no esperarais ni un segundo.
Desgraciadamente, los dos primeros arcos argumentales, publicados en su día por Norma, están ahora mismo fuera de distribución.
Planeta ya tiene previsto en su plan editorial recopilarlos en un solo tomo.
Contad los días hasta que eso suceda y una vez que esté disponible, prepararos a disfrutar de una de las mejores series que se puede y se podrá leer en esto de los tebeos.
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4 comentarios:
Superafavor de Gotham Central, mola mil!
Eu atopei eses numeros descatalagados en Viñetas (ainda que non deberan existir) e tardarei pouco en ter a serie completa.
Hoxe concordo ó 100% con Melo. (coma debe ser)
Bueno que no sirva de precedente pero yo tambien estoy de acuerdo con Melo y Ghanito.
Muy recomendable.
Comparto o entusiasmo pola serie pero faría un matiz: coido que os personaxes superheroicos si saen na serie bastante máis do imprescindible (non digamos xa nas portadas). Ainda que a súa presencia estaba xustificada nalgunha das historias, noutras aparecían de xeito claramente rutinario e comercial.
Pero s serie é (foi) magnífica e mellor morta que dexenerada...
Si, no hay duda. La presencia de los supers en las portadas eran una mera cuestión de marketing.
Pero luego en las historias, creo que están muy bien metidos y no abusan mucho de ellos.
Lo justo y necesario y siempre de acuerdo con la historia.
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