Gil Pupila

¿Por qué Gil Pupila debería de ser una de vuestras adquisiciones navideñas sin ningún tipo de duda?. La principal razón que os puedo dar es que, sobretodo, es un tebeo muy entretenido. Tiene el aroma de los tebeos clásicos, de los Tintines y Asterix que leíamos de pequeños, pero también posee un toque de frescura que los diferencia claramente de estos. Pese a que primera vista pueda parecer una lectura destinada a un publico infantil, una revisión más profunda de las aventuras de este peculiar detective nos descubrirá una obra más compleja, con varios niveles de lectura y que llegará a más de un tipo de lector. Tilleaux siempre buscaba la innovación y romper con los parámetros establecidos, mezclando sus innumerables influencias, tanto en la parte argumental como en la parte gráfica y narrativa.
La base para conseguir esto proviene de unos guiones sólidos, con una mezcla entre la aventura, la intriga y el humor, sin saber a ciencia cierta cual es la que lleva la voz cantante. Y por supuesto, los personajes en sí mismos. Gil Pupila, el ladronzuelo Libélula y el imposible inspector Crouton.

Una oportunidad inigualable de hacerse con uno de los clásicos del tebeo francobelga. Por diversas razones, casi todas ellas provinientes de la precariedad de la industria comiquera española en tiempos pasados, hay muchas series que son verdaderos tesoros ocultos para el público español, pero que en Francia gozan de gran prestigio. Este Gil Pupila es una de ellas.
Para la ocasión, Planeta saca una edición más que correcta, recopilando los cuatro primeros albumes de la serie más un buen artículo introductorio sobre Tilleaux a un precio más que asequible. Eso sí, la única pega puede venir que en la traducción al español, muchos de los diálogos franceses pierden el ritmo y fuerza que tienen en el original. No tendría que ser un motivo tan importante como para no poder disfrutar esta obra como se merece, pero si que le hace perder uno de los elementos, que en mi opinión, le dan ese toque especial.