jueves, diciembre 10, 2009

Paquidermo


Lo de Peeters ya empieza a dejar de ser una sorpresa para convertirse en una constante, en algo obvio y esperado. Todas y cada una de sus nuevas propuestas son un paso en el camino de este autor para convertirse en uno de los elegidos, uno de los más grandes autores nunca vistos en esto de la historieta. Desde el inconformismo, Peeters siempre opta por ir un paso más allá. Si el éxito mediático le llega con una historia costumbrista, su siguiente paso se dirige a una soap-opera con tintes románticos para luego lanzarse al vacío con un polar. Si su dibujo alcanza el reconocimiento máximo por su uso del negro, en su siguiente apuesta opta por dotar de color a sus dibujos. Lo increíble, es que todos y cada uno de estos pasos están justificados en si mismos y obedecen a una necesidad del propio autor sin perseguir mayor objetivo que su propia felicidad.

En Paquidermo lo vuelve a hacer. Peeters consigue sorprenderme, maravillarme, entusiasmarme, etc.. leyendo una de sus obras. Esta obra es difícil de encasillar. Si me dejara llevar la clasificaría inmediatamente como una obra surrealista, pero con ello, podría llevar a mucha gente al equivoco, porque si bien en sus páginas hay presente elementos que se salen de lo normal, y pese a que nos son presentados de una forma no lineal, al final con estos elementos dispares el autor consigue dar forma a una historia que tiene total sentido. Todos estas pequeñas piezas del puzzle no se quedan en meras referencias visuales, sino que tienen un peso específico en el desarrollo de la historia, proporcionándonos cada una de ellas pequeños fragmentos de información.

En cuanto a la parte gráfica, Peeters opta para la ocasión por un dibujo más clasicista que nunca, rayando la línea clara, algo que pienso está claramente condicionado por el aire cinematográfico que tiene toda la historia. Pese a que la publicidad que acompaña a todas las reseñas ofrece como referencia el cine de David Lynch, yo añadiría que desde un principio parece que nos introducimos en una peli del Hollywood de los 40 y la protagonista, Clarice, tiene toda la presencia de las grandes actrices de la época dorada de Hollywood. El color refuerza esta sensación, e incluso la paginación está pensada de esta manera.

Paquidermo sigue siendo un paso adelante en la carrera de Peeters donde los pros superan con creces a los posibles contras que se pudieran encontrar. Sin duda, un autor valiente, que huye de lo fácil y que siempre busca llegar a exprimir todas las posibilidades que el cómic le puede ofrecer.

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