martes, diciembre 22, 2009
Pinocchio
Por suerte a la tercera fue la vencida, pero anteriormente, hasta dos veces había llegado a negar esta reinterpretación del cuento clásico de Pinocho, perpetrada por Winshluss. La primera vez que tuve este tebeo en mis manos, y pese a la atracción inmediata que consiguió debido a su gran tamaño y al poderío gráfico de sus páginas, debo confesar que lo volví a dejar en la estantería de donde lo había cogido. Un par de días más tarde, sabiendo que la obra había recibido el premio al mejor álbum en el festival de Angouleme, volví a él para una inspección más minuciosa. En ese momento la compra estuvo cercana, pero la sobrecarga de equipaje y sabe dios que otros motivos, me invitaron a volver a dejar el tebeo donde estaba. Casi un año después, y gracias a la edición de La Cúpula, puedo subsanar ese error de cálculo y por fin me rindo a la evidencia. Qué gran tebeo este Pinocchio!
El título lo deja bien claro. Esta obra es una versión, bastante fiel en lo argumental, pero totalmente libre en todos los demás aspectos del clásico de Collodi. El personaje que nos ofrece Winshluss poco tiene que ver con la moralizante versión ofrecida por la factoría Disney. Todo lo contrario. El autor se decanta por romper con los clichés y se saca de la mano una versión muy adulta de los clásicos infantiles. Con mucho humor negro, propio del género underground, además de Pinocho, en las páginas de este libro se da cuenta de otras figuras del cuento infantil como los enanitos (en un tebeo underground no podía faltar unos viciosos enanitos y una sodomizada Blancanieves) y muchos otros.
Pero esta obra va mucho más allá del chiste fácil o de pasar iconos infantiles por el tamiz de un público adulto. Sus páginas son un prodigio de narración, donde el autor, sin apenas palabras, nos conduce por la historia de esta criatura, metiendo personajes secundarios que llegan a eclipsar al personaje principal y tramas que abandona sin previo aviso para volver a recuperarlas cuando menos te lo esperas, cerrando el círculo y ofreciéndonos una obra que fluye como la corriente de un río, con sus pequeños remolinos, pero sin detenerse en ningún momento. Un pequeño caos totalmente controlado, donde la simplicidad es la máxima a seguir.
Y por si fuera poco, la parte gráfica es soberbia. Un dibujo que coge lo mejor del underground americano de gente como Crumb y congéneres y lo recicla con el underground fancés de Vuillemin. Aunque bueno, mecionar a autores como Franquin y otros más tampoco sería algo desafortunado. Pero lo esencial es que todas estas referencias se funde bajo el estilo propio de Winshluss que nos regala un despliegue gráfico sin igual, con páginas llenas de pequeños detalles sólo perceptibles para un lector atento, que tocan todos los aspectos de la cultura popular, desde la música hasta el cine y, por supuesto, el cómic. En sus páginas se alterna el color con el dibujo en blanco y negro (consagrado a la figura de ese Pepito Grillo transformado en cucaracha para la ocasión) , las páginas de varias viñetas y las ilustraciones que ocupan todo el espacio. Todas y cada una de estas soluciones gráficas están totalmente justificadas y encajan a la perfección dentro del tejido narrativo programado por el autor.
Pinocchio es sin duda un tebeo a figurar entre los clásicos. El tiempo le dará esta categoría, pero os aconsejo que no hagáis como yo, y que ahora que tenéis la oportunidad os entreguéis totalmente a la lectura de un tebeo al que vais a regresar habitualmente.
Eso sí, que quede bien claro que esta es una versión adulta de un cuento infantil. Así que, pese a lo bonita que os pueda parecer la portada, mucho cuidado con elegir este tebeo como regalo para tiernos infantes.
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2 comentarios:
habrá que pillarse el puñetero Painokio de marras y pagar los 32 pavazos ke cuesta, aunke si es tan bueno bien pagados estaran.
Sin lugar a dudas uno de los mejores libros del año!!!
Saludso kiko da silva.
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