Monsieur Zapico es un autor muy querido por BD y por sus gentes. En su última visita, este artista con su encanto personal se metió en el bolsillo a todos aquellos que lo conocieron en persona, tanto los que ya eran seguidores de su obra, como todos aquellos que comenzaron a serlo en ese mismo instante.
Recuerdo que, por aquel entonces, nos comentaba Zapico que estaba trabajando en un nuevo libro; una novela gráfica sobre Joyce. Sin duda un proyecto ambicioso que casi un año y medio después ve por fin la luz en nuestro país.
A la realización de esta obra, Zapico dedicó más de dos años de su vida. Para documentarse, recorrió toda Europa siguiendo la estela del escritor. Conoció de primera mano los lugares y se empapó totalmente de la esencia Joyce.
Teniendo en cuenta la calidad de sus primeros trabajos, La guerra del profesor Bertenev y Café Budapest, lo único que podíamos esperar era que, con este su trabajo más ambicioso hasta el momento, el listón se alzara hasta los cielos. Realmente, aunque no fuera así, yo os mentiría y os recomendaría elogiosamente este Dublinés hasta que acabara en vuestra bolsa de la compra. Pero hasta en este detalle, Zapico es un buen tipo, y me lo ha puesto muy fácil, porque Dublinés está a la altura de las expectativas.
Dublinés en un gran tebeo. Podría decir que una obra de madurez, pero viendo lo que resta en el horizonte creativo de este autor, la afirmación quedaría un tanto ridícula.
Zapico extrae petróleo de lugares insospechados. Consigue transformar una biografía de Joyce, un tema a priori solo apto para iniciados, en un relato extremadamente entretenido y para todos los públicos. Más de 200 páginas de tebeo que se devoran rozando la adición. Una vez más, al igual que pasaba en Logicomix, lo didáctico se mezcla con lo recreativo. Zapico opta por un tono ligero y nada ostentoso, centrándose en el Joyce más humano y su eterno conflicto con el Joyce artista.
Por supuesto, hay que ser muy buen narrador y tener muy claro lo que se quiere contar para que la fórmula funcione al combinarla con una vida y una obra como la de Joyce. Para ello, Zapico hace uso de una documentación de alto nivel, tanto en el apartado gráfico como en la misma historia, llevándonos de la mano por el viaje que fue la vida de Joyce como si fuéramos testigos directos del mismo. Además, todavía tiene tiempo para pequeños detalles narrativos que harán las delicias del sector más duro de los aficionados viñetiles.
Supongo que muchos pensareis que me dejo llevar por el entusiasmo y pudiera ser que no os faltara razón en la afirmación. Yo solo os puedo decir que por primera vez en mi vida, me lo pasé pipa leyendo una obra en la que sale el nombre Joyce. De hecho, hasta me han entrado ganas de atacar de nuevo ese Everest narrativo que para mi lleva el nombre de Ulises.
Señores profesores de literatura, por favor, si quieren que sus alumnos se interesen por Joyce, comiencen antes por el Dublinés de Zapico.
Recuerdo que, por aquel entonces, nos comentaba Zapico que estaba trabajando en un nuevo libro; una novela gráfica sobre Joyce. Sin duda un proyecto ambicioso que casi un año y medio después ve por fin la luz en nuestro país.
A la realización de esta obra, Zapico dedicó más de dos años de su vida. Para documentarse, recorrió toda Europa siguiendo la estela del escritor. Conoció de primera mano los lugares y se empapó totalmente de la esencia Joyce.
Teniendo en cuenta la calidad de sus primeros trabajos, La guerra del profesor Bertenev y Café Budapest, lo único que podíamos esperar era que, con este su trabajo más ambicioso hasta el momento, el listón se alzara hasta los cielos. Realmente, aunque no fuera así, yo os mentiría y os recomendaría elogiosamente este Dublinés hasta que acabara en vuestra bolsa de la compra. Pero hasta en este detalle, Zapico es un buen tipo, y me lo ha puesto muy fácil, porque Dublinés está a la altura de las expectativas.
Dublinés en un gran tebeo. Podría decir que una obra de madurez, pero viendo lo que resta en el horizonte creativo de este autor, la afirmación quedaría un tanto ridícula.
Zapico extrae petróleo de lugares insospechados. Consigue transformar una biografía de Joyce, un tema a priori solo apto para iniciados, en un relato extremadamente entretenido y para todos los públicos. Más de 200 páginas de tebeo que se devoran rozando la adición. Una vez más, al igual que pasaba en Logicomix, lo didáctico se mezcla con lo recreativo. Zapico opta por un tono ligero y nada ostentoso, centrándose en el Joyce más humano y su eterno conflicto con el Joyce artista.
Por supuesto, hay que ser muy buen narrador y tener muy claro lo que se quiere contar para que la fórmula funcione al combinarla con una vida y una obra como la de Joyce. Para ello, Zapico hace uso de una documentación de alto nivel, tanto en el apartado gráfico como en la misma historia, llevándonos de la mano por el viaje que fue la vida de Joyce como si fuéramos testigos directos del mismo. Además, todavía tiene tiempo para pequeños detalles narrativos que harán las delicias del sector más duro de los aficionados viñetiles.
Supongo que muchos pensareis que me dejo llevar por el entusiasmo y pudiera ser que no os faltara razón en la afirmación. Yo solo os puedo decir que por primera vez en mi vida, me lo pasé pipa leyendo una obra en la que sale el nombre Joyce. De hecho, hasta me han entrado ganas de atacar de nuevo ese Everest narrativo que para mi lleva el nombre de Ulises.
Señores profesores de literatura, por favor, si quieren que sus alumnos se interesen por Joyce, comiencen antes por el Dublinés de Zapico.
1 comentario:
Para todo el que quiso leer Ulises y "falleció" en el intento.
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