Esta es, más o menos, la pregunta que Mark Kalesniko quiere dejar en el aire con este tebeo.
Tengo que reconocer que la primera aproximación a la obra de este autor, Novia por correo (editada aquí por Ponent Mon) me había dejado un poco frío. La historia no estaba mal, pero la forma en que estaba contada no me convenció del todo.
Por eso, cuando me acerque a Alex, no las tenía todas conmigo.
Una vez leído, nada que ver con Novia por correo.
Lo que se nos cuenta aquí, es la crisis profesional y personal de un dibujante de comics, que ha visto como su sueño profesional se ha cumplido llegando a trabajar en los prestigiosos estudios de animación Mickey Walt y sin embargo siente que su vida no tiene sentido. Años después de haber dejado su ciudad natal, vuelve a ella para enfrentarse a un terrible crisis creativa y existencial. La única manera que encuentra de aliviar este sentimiento es a través de la bebida.
Esto que a priori es el guión típico de una tele-movie de Antena 3, se convierte en un relato fluido y excelentemente narrado, lleno de vitalidad y frescura pese al tema tratado. En esta narración, el autor se deja mucho de si mismo. No en vano trabajó durante muchos años como animador de Walt Disney, en peliculas como Mulan, algo que se ve totalmente reflejado en el apartado gráfico.
Esta obra que fue serializada en varios tebeos a lo largo de más de 10 años, es recopilada ahora en un solo tomo por la editorial Fantagraphics. Por el momento no está prevista edición española, pero dudo mucho que tarde en ver la luz en nuestro país.
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