Guerreros secretos

Siguiendo con la revisión al guionista de moda, Jonathan Hickman, y después de la agradable lectura que supuso Shield, me decidí a recuperar una serie con la que el bueno de Zequerias me llevaba rompiendo la cabeza en los últimos tiempos. Si tenemos en cuenta, que el guionista de la misma no tiene un Claremont, David o Waid en su apellido, era significativo que Zequerias fuera tan insistente y vehemente.

Dieciséis grapas del tirón. Una primera temporada de dos previstas. Visto lo visto, ¿merece la serie y su guionistas tantos elogios?

No se puede decir que no sea entretenida. Hickman domina el ritmo y la tensión narrativa. Parece que sabe por donde quiere llevar su historia y no da un paso en falso. Crea situaciones brillantes e incluso, por momentos, parece que el conjunto se va a elevar sobre la media y trascender al aficionado de superhéroes. Pero ojo, estamos en Marvel, y dentro de la casa de las ideas es muy complicado quitarse el corsé. Con todo, su interpretación del amigo Furia y sus Comandos Aulladores, consigue levantar el entusiasmo de cualquier aficionado.

En resumen, Guerreros secretos se gana por derechos propio una mención dentro del panorama superheroico actual, pero le falta un algo para trascender como una obra que pueda ir más allá. Tampoco creo que esa fuese su intención.

Su más que posible edición en tomo, con arcos arguméntales cerrados, será una muy buena opción de compra, equiparable a la etapa de Brubaker en el Capitán América.