Qué gran (y agradable) sorpresa me acabo de llevar con este manga. Con esa portada y la cantinela de su éxito de ventas en Japón, me esperaba una comedia, con mascotas de por medio, muy en la línea de El dulce hogar de Chi. Desde luego, la bonita y alegre portada, no invitaba a pensar en otra cosa.
Por eso, cuando empecé la lectura del libro, y ya en su primera página Takashi Murakami muestra sus intenciones, me quedó muy claro que de comedia esto iba a tener muy poco. Más bien todo lo contrario.
Stargazin dog es una preciosa historia, emocional hasta lo insospechable, donde se nos muestra como la relación entre un ser humano y un animal, en este caso un perro, puede superar el nivel de complicidad y emotividad que las relaciones con muchos semejantes humanos. A través de la historia de Happie y su dueño, con un aire muy Taniguchi, Murakami consigue mostrarnos lo peor y lo mejor del ser humano. Poniendo al perro como narrador de la historia, nos damos cuenta de lo absurdo y efímero de nuestras existencias y como los lazos sentimentales que nos unen a una mascota pueden ser más fuertes de lo que nosotros mismos imaginamos.
Stargazin Dog no es un relato alegre. De hecho, dependiendo de nuestra tolerancia emocional con respecto al mundo animal, puede ser recomendable o no su lectura. No descartéis que una lagrima se asome por vuestra mejilla al leerlo.
Muy recomendable a todos aquellos que tengan una mascota, canina o no, y también para aquellos que quieran comprobar si eso que se mueve ahí dentro es un corazón o una máquina de echar sangre.
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