Destacable es la clarividencia creativa de Mahler, un autor que obra tras obra no deja de sorprenderme. Partiendo de sus cítricos y nada velados análísis de la faceta creativa y por extensión del mundo artístico, siempre desde un enfoque humorístico, al final Mahler acaba seducido por lo complejo de la condición humana.
Adaptando en esta ocasión la homónima novela de Thomas Bernhard, uno de los grandes literatos austriacos, un gran monólogo interior donde el crítico de arte Reger disecciona la inutilidad y futilidad del arte, y más concretamente de los grandes maestros pintores.
"Todos esos cuadros son además expresión del absoluto desvalimiento del hombre para arreglárselas consigo mismo y con lo que le rodea durante su vida"
Mahler incide de nuevo sobre uno de sus temas fetiche. Por supuesto, como es habitual en este autor, en su relato sabe encontrar siempre el ritmo y tono adecuado para que estas reflexiones propias de ensayos y sesudos estudios desfilen ante nosotros con una pasmosa naturalidad.
"Qué cosas pensamos y qué cosas decimos, y creemos que somos competentes pero no lo somos. Eso es la comedia. Y si preguntamos ¿qué va a ocurrir ahora? Eso es la tragedia"
Con un diseño de página completa, raramente alterado, Mahler consigue crear otra obra para el recuerdo, que sin duda gustará a los fieles seguidores del autor y que disfrutaron con su Teoria del arte... y que al mismo tiempo sabrá contentar a los conocedores de la novela de Bernhard, que sabrán apreciar la personal interpretación de Mahler.
Un tebeo que debería ser compra obligada para nosotros pobres profanos del arte.
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