Durante la última edición del festival Viñetas desde O Atlántico tuve la ocasión de asistir al concierto que Dave McKean y su banda realizaron con base en este cómic que viene de ser publicado en nuestro país. El espectáculo musical que iba siguiendo las imágenes proyectadas en una pantalla fue mi primera aproximación al mundo de Black Dog.
Unos meses después, gracias a la labor editorial de ECC, puedo disfrutar de la obra que dio pie a todo el proyecto.
Black Dog es una biografía ficcionada del pintor Paul Nash. Un hombre, un artista, consumido por las experiencias vividas en el conflicto bélico de La Primera Guerra Mundial y su necesidad de mostrarlas. Dave McKean se apoya en la biografía de Paul Nash y la usa de base para pintar sobre ella e intentar mostrarnos la realidad tal y como la veía el surrealista pintor.
Sin querer desmerecer al personaje, realmente, aquí la trama es lo de menos. Puede ser la vida de Nash o podría ser cualquier otra cosa. Lo verdaderamente destacable de esta obra es la magistral lección de narración, dibujo e incluso diálogos por la que Dave McKean opta en cada uno de los diversos capítulos de la historia, adaptando su estilo al tono del capítulo de una manera más realista, más onírica o surrealista. Un tour de force narrativo del que habría sido muy fácil salir derrotado convirtiendo el relato en un batiburrillo solo apreciable desde un punto de vista gráfico pero al que McKean sabe proporcionar la base comiquera necesaria para hacer un todo de la obra.
Un cómic que como comentaba al principio trasciende el ámbito del noveno arte y que como suele pasar con las obras de McKean retará al lector a un desafío lector del que es difícil no salir recompensado.
Imagino que después de todo esto no tengo que decir que es una obra imprescindible para los habituales seguidores del autor.
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