Todas las buenas palabras y elogios que podáis haber leído y escuchado sobre esta obra están más que justificadas. Un cómic, una novela gráfica, sorprendente en todas sus facetas, más aún si tenemos en cuenta que es la obra de debut de su autora que publica esta opus magnum a sus 55 años.
Un trabajo poliédrico, elevado, cautivador, exigente... con una trama camuflada como un thriller de investigación que nos va a llevar del uptown del Chicago de finales de los sesenta a la Alemania del surgir nazi. En medio, Karen, una jovencita de diez años que vive su vida a través de sus idolatrados monstruos de la películas de serie b y revista pulp, que entran y salen de la realidad que vive Karen hasta confundirse con esos otros monstruos tan tan reales que nos rodean.
La extraña muerte de la vecina de Karen es la excusa perfecta para que Karen deje salir todo el imaginario que compone su mundo interior.
Un cómic con mucho poso literario y con un arte que cautiva a primera instancia y que como un ente con vida propia va mutando a lo largo de las páginas. Tremendamente ambiciosa sin pretenderlo y que resulta triunfadora por toda la pasión y el talento que Emil Ferris consigue poner en su creación.
Cada cierto tiempo surge una obra que redefine los parametros conocidos del cómic. Desde ya, Lo que más me gusta son los monstruos, está en ese selecto grupo.
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