En un futuro próximo y, desgraciadamente, bastante reconocible, surge una nueva guerra civil en los Estados Unidos, motivada en gran parte por el cambio climático. Los ricos con su capital se aíslan en las zonas más habitables, como Alaska y el resto tiene que intentar sobrevivir como pueda.
En este desalentador contexto, sitúa Tom Tirabosco la trama de Mujer Salvaje, donde una joven intenta unirse a los rebeldes que habitan en el norte, escapando del caos social. Pero el camino al norte no es fácil y está lleno de preligros, el peor de ellos, el propio ser humano.
Una obra descorazonadora y dura, en la línea de El Camino, pero que al mismo tiempo es bella, no solo por el arte de Tom Tirabosco, que también, sino por el amor que el autor trasmite en la obra por la naturaleza y el planeta que con tanto ahínco el virus del ser humano se empeña en destruir.
Una obra oscura pero llena de luz, de pocos diálogos y gran fuerza narrativa, que invita a la reflexión tras su lectura y que pese a que nos gustaría catalogar como de género apocalíptico, la actualidad nos demuestra que tiene más de realismo que de fábula apocalíptica.
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