En esta adaptación al cómic no vamos a tener a Jean Seberg o a David Niven. De hecho, Frédéric Rébéna recoge lo que le interesa del relato original, sobre todo su atmósfera, para ofrecernos una adaptación más actual y fresca dando cierto protagonismo a la parte más sombría del relato.
En la parte gráfica el estilo de Rébéna, con toda su personalidad, nos traerá por momentos desde la memoria pasajes de Crepax e incluso de los coloridos ambientes de Loustal.
En su conjunto tenemos un álbum muy compensado y que aún muy a mi pesar será más disfrutado por lectores adultos que por aquellos que se podrían identificar con la joven Cécile.
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