Desde luego, a día de hoy, imposible quejarse por la falta de atractivas propuestas comiqueras con base en la ciencia ficción. Ya llevamos una temporada de grandes títulos, uno tras otro, y por lo que parece, la producción está lejos de agotarse.
Astiberri nos trae la última gran sensación. Una serie que acaparó los premios a mejor serie nueva y mejor artista digital en los pasados premios Eisner.
¿Qué nos vamos a encontrar aquí? Pues referentes clásicos de la ciencia ficción, tanto literaria como televisiva y por supuesto comiquera, que nos llevan a un futuro donde la interacción de la sociedad está condicionada a convivir con la confrontación de una megacorporación de mensajería como es Lux y el poder de la religión imperante; la iglesia de la Renunciación.
En este contexto, nuestras dos protagonistas, Grix y Vess, una transportista y una novicia, descubren que quizá no todo es como nos lo cuentan. Desde ese momento, como podréis imaginar, solo queda la posibilidad de escapar.
Por momentos Saga. Por momentos Firefly. Estéticas que traen a la mente a Dune. No son malas referencias las que nos acompañan en su lectura.
Después de su exitosa etapa en Ms. Marvel, Gwendolyn Willow Wilson vuelve a su ya visitado terreno de la ciencia ficción para crear una trama donde va tocando los puntos necesarios para que todo avance con ritmo y compás. El extra de originalidad, como también suele ser habitual últimamente, lo proporciona Christian Ward con uno de esas propuestas gráficas que levantan pasiones.
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