En su momento, Brian K. Vaughan y Marcos Martín crearon la celebrada The Private Eye para su plataforma online sin ninguna intención de publicarla en el formato físico de papel. Así lo pensaban hasta que un día Robert Kirkman les comentó en sus redes sociales que para cuándo iban a publicar The Private Eye en su sello Skybound en la editorial Image. La respuesta de Brian K. Vaughan a Kirkman fue una mezcla entre órdago a la mayor y chascarrillo; "Por supuesto, sin problema. Lo haremos el mismo día que tu nos dejes publicar Los muertos vivientes en Panel Syndicate". La respuesta de Kirkman: "cuando queráis".
Esta es la anécdota que resultó ser el germen de este El extranjero, donde Kirkman deja a su niña más querida en manos de otros autores. Autores que no podían ser más adecuados porque después de Y el último hombre, para Brian K. Vaughan los mundos postapocalípticos no eran terreno desconocido y porque cualquier trabajo que tenga a Marcos Martín como responsable gráfico tendría que tener, forzosamente, toda nuestra atención. Si a todo esto, le añadimos que El extranjero es un relato 100% canónico y con una conexión directa con la obra original, poco más queda por decir.
Un relato unitario sin visos de continuidad pero que encaja perfectamente en el universo muertos vivientes sacando la acción de los terrenos conocidos para llevar el apocalipsis zombi a una Barcelona en los primeros días de la pandemia.
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